El Presidente confía también en que el plan felices fiestas -el bono y medidas sociales- le ponga un piso a la caída económica.
Columna original publicada el 16 de noviembre de 2018 en Clarín.
Mauricio Macri se volvió un cruzado de la tasa de interés alta como principal estrategia antiinflacionaria. Defendió esa política a capa y espada en una reunión íntima con amigos, empresarios y unos pocos funcionarios de confianza.
Fue cuando uno de sus invitados -diplomático y amigo- le dijo directo: “Mauricio, con estas tasas, no hay economía que aguante”. El Presidente estaba de buen humor. Recobró el optimismo, porque son los encuentros que -en la intimidad- más disfruta. En uno de ellos, distendido, hizo una vinculación imprudente: relacionó a Elisa Carrió con Diego Maradona por sus declaraciones explosivas.
Este nuevo encuentro sucedió hace un puñado de jornadas. Macri hizo una pausa para contestar: “La tasa es el principal instrumento y ancla contra la inflación”. Y agregó: “La vamos a mantener alta todo lo que sea necesario”. Así, la ultra-ortodoxia monetaria es el nuevo discurso de la Casa Rosada para combatir el alza de precios.
Reemplazó al atraso cambiario de Federico Sturzenegger. Pero ayer el índice de octubre le jugó una mala pasada: 5,4 %. Acumula 40% en los primeros diez meses y se proyecta al 48% en el año. Un nuevo e incómodo récord para Argentina. Macri terminará su mandato con índices de precios (los reales) superiores a los de Cristina y con un ascenso en la pobreza.
Pero la Casa Rosada se entusiasma con un documento secreto que elaboró el Palacio de Hacienda: baja al 3,2 % en noviembre y 2,8 % en diciembre. Macri confía también en que el “plan felices fiestas” le ponga un piso a la caída económica. Se trata del polémico bono y de medidas sociales que se estudian para planes y jubilados. Ese programa tendrá todo el aval del Fondo Monetario. Nicolás Dujovne le anticipó esta semana al Presidente que Washington ya tiene decidido aprobar la primera revisión del acuerdo . También el FMI cree que “el plan diciembre” es una mínima compensación en relación al fuerte ajuste que acusaron los asalariados .
Roberto Cardarelli -el enviado del FM- tiene en su poder un dato preciso y comprometedor: el recorte de los salarios del sector público equivale a 0,5% del PBI . Representa un 20% de la disminución total del déficit- de 3 puntos- y aporta la friolera de 3.000 millones de dólares. En el Fondo están más preocupados por otras decisiones, que afectan a los grandes subsidios. Washington critica un acuerdo nuclear que se firmaría con China y observó un decreto de esta semana -el número 1047- que en medio del ajuste otorga rebajas y exenciones impositivas a empresas petroleras multinacionales radicadas en Tierra del Fuego.
Tampoco los técnicos del FMI comparten la visión ultra-optimista sobre Vaca Muerta. El nuevo escenario internacional baja la competitividad de la zona y -además– el ritmo de inversión, que es fuerte pero no el adecuado para reducir los costos de producción.
Pero Washington evitará la polémica porque hay una decisión política tomada por Donald Trump: darle oxígeno y apoyo a Macri para que sea reelecto.
Como adelantó Clarín, la gran preocupación en el exterior es política y es la posibilidad de que la estrategia electoral de Cambiemos posicione el regreso de Cristina. La ex presidenta conoce que le han puesto “bolilla negra” en Wall Street. Los bancos de inversión tienen una decisión tomada: si para febrero-marzo las encuestas son favorables a Cristina, comenzaran a desprenderse de bonos de Argentina y pueden ocasionar otro temblor. Hubo una reunión para evaluar la situación. Estaba un ex ministro presente y la propia Cristina. La ex presidenta preguntó: “Guillermo, ¿la economía argentina tocó fondo?”. Guillermo Nielsen -el tercero en el encuentro- fue duro: “No vimos lo peor”.
El ex negociador de la deuda es un archi-crítico de la gestión de Cristina. Pero aceptó la invitación. Nielsen repitió con crudeza lo que dice en sus conferencias públicas: “Es muy difícil que se cumpla el plan con el FMI y eso va a exigir más sacrificios en el 2020”. Cristina fue al grano: “¿Usted cree que el mercado jugará en contra, si yo me posiciono como candidata?”. Nielsen fue sincero: “No le va a gustar mi respuesta. Pero el mercado saldrá a vender bonos, si se consolida en las encuestas.
La cuestión electoral tiene en alerta a los empresarios: por eso no baja el riesgo país.En la UIA y los bancos sostienen que la suerte económica está jugada: no habrá buenas noticias en todo el 2019. En tres semanas se define el recambio en la Cámara Argentina de la Construcción. Su nuevo titular será Julio Cesar Crivelli. Los cuadernos de la corrupción provocaran una renovación total en la CAC. Juan Chediack -el ex titular- hizo un aporte clave a la investigación de los cuadernos. Fue el primer arrepentido que vinculó a Cristina con las coimas y delató los manejos financieros claves de Ernesto Clarens. Pero Chediack ahora le trasmitió a sus íntimos su malestar por la situación procesal: “Estoy arrepentido, de haberme arrepentido. Esperaba un mejor trato de la Justicia”. Chediack habló del tema con el propio Presidente. Tiene relación directa con Macri, porque desde la jefatura de la CAC fue un fuerte defensor de Cambiemos.
Ambos hablaron hace unas semanas y, en esa conversación, Chediack le trasmitió a Macri su descontento por como la Casa Rosada actuó frente a las denuncias que lo involucraban. Chediack le cuestionó a Macri que no haya hecho nada para frenar el avance de la causa contra el constructor.
Macri respondió : “Te juro que no puedo hacer nada. Te invito a tomar un café”. Esa sensación de desprotección existe en varios hombres de negocios. Dicen que el gobierno los dejo solos. En el caso de Techint, el Presidente se mostró muchas veces con Paolo Roca, el principal inversor en Vaca Muerta. Pero hay quienes sostienen que eso no alcanzara y que podría quedar involucrado.
La relación entre los hombres de negocios y la Casa Rosada es tirante. La mayoría le critica la política recesiva y los “métodos kirchneristas” para resolver algunos problemas : seguir aumentando los impuestos al récord e imponer bonos salariales de difícil cumplimiento con tasas prohibitivas. El empresario Teddy Karagozian lo expresó así en público: “andamos mal, porque el Presidente ignora a la industria”. Es dura declaración provocó una reacción inesperada. Ese sábado, José Torello lo cruzó fuerte en una reunión social.
Los industriales están sorprendidos por la actitud de Dante Sica: dicen que hasta septiembre era un hombre de consulta , pero ahora está en una carrera de poder.
En la UIA creen que en lugar de multiplicar internas, Sica tendría que ocuparse en propiciar un plan de crecimiento. Sica le dio el tiro de gracia a Jorge Triaca. Aprovechó el disgusto que la Casa Rosada tuvo por la permisividad que adoptó en la paritaria de camioneros.
También utilizó una versión de falta de transparencia en el equipo de Triaca. Ambas cuestiones aceleraron los tiempos. Ahora, Sica avanza hacia otras áreas y chocó con Guillermo Dietrich, un “peso pesado” de la intimidad de Macri. Las internas volvieron fuertes al aplacarse el dólar. Como volvió a ocurrir entre María Eugenia Vidal y la Casa Rosada.
La Gobernadora solo lo admite en la intimidad: que el centro del poder político la expuso -otra vez- innecesariamente con el anuncio del bono salarial.